Tucumán ha sufrido durante los últimos años importantes perjuicios causados por el uso intencional o accidental del fuego en los cañaverales.
La pérdida de bienes materiales, graves impactos en la salud a causa del humo y las cenizas que se generan, y el riesgo para la seguridad de las poblaciones cercanas, son algunas de las consecuencias de los incendios que se producen La quema de lotes de caña en pié, como en cañas producidas en muchos casos por terceros, o por los mismos productores, que recurren al fuego como método auxiliar de cosecha. A esta situación se suman importantes cantidades de focos ígneos en áreas relacionadas o no con la actividad azucarera, tales como banquinas de rutas y caminos, basurales, bosques y pastizales, tanto en la llanura como en los cerros.
Al respecto, la Ley Provincial No6253 de Medio Ambiente, en su artículo No38, establece la prohibición, en todo el territorio de la provincia, de la quema de vegetación enraizada, arraigada, aclimatada o seca, para evitar la degradación de los suelos, la atmósfera y daños a la salud de la población y el consiguiente desequilibrio del ecosistema.
El organismo encargado de controlar el cumplimiento de esta normativa es la SEMA. Este organismo, juntamente con la EEAOC (Estación Experimental Agroindustrial “Obispo Colombres”) y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), trabajan desde hace mucho tiempo en todo lo relacionado con una zafra limpia. Tanto los especialistas de la EEAOC como del INTA, destacan a través de diferentes informes, la importancia de aprovechar los residuos de la cosecha de la caña de azúcar, en beneficio del productor y del medio ambiente.
En el mundo contemporáneo la actividad cañera se orienta hacia sistemas productivos económicamente más eficientes, más sustentables y menos agresivos para el medio ambiente, y en este sentido la cosecha sin quema previa del cañaveral, llamada cosecha en verde, con aprovechamiento de los residuos vegetales que deja en el campo, contribuyen a la sustentabilidad del ambiente.
El esquema actual de producción de caña de azúcar en Tucumán presenta importantes ventajas tecnológicas y ambientales para la implementación de la cosecha en verde y el manejo de sus residuos, respecto de otras zonas cañeras del mundo.
La retención de los residuos sobre el área de cultivo forma un manto de rastrojo, lo que plantea un sistema de cultivo conservacionista de manejo de la cobertura vegetal, que también es factible de ser utilizada en las calderas de los ingenios o bien acondicionarla para destinarla a forraje animal.
El interés para impulsar el sistema de cosecha sin quema dependerá del aprovechamiento de los residuos que quedan, ya que con la conservación del manto de rastrojo sobre el cañaveral cosechado se genera un cultivo conservacionista que permite mantener mejor la humedad del suelo durante fines de invierno y de primavera, y esto justifica la cobertura de maloja.
Entre otras ventajas de la cosecha en verde figura la mejor calidad de la materia prima por el menor deterioro que sufre por el fuego, además de existir una mejor flexibilidad en la programación de la cosecha y entrega de la caña en los ingenios. Por otra parte, al no quemar la caña, disminuyen los riesgos de pérdida de azúcar por demoras en la entrega de la caña Hasta acá las referencias son todas en beneficio del cultivo, cuando no se usa el fuego en la actividad azucarera.
Los argumentos respecto de las ventajas de la quema de caña son pocos y los productores que apuntan a una cosecha en verde y realizan inversiones para ello son los perjudicados por las quemas.
Fuente: Boletín de la SEMA – Secretaria de Estado de Medio Ambiente – Tucumán